jueves, 27 de junio de 2013

Listas, o la sombra alargada de Mamá.

¿Cómo demonios te mudas a otro país a base de dos maletas, otro par de brazos y unos límites de volumen/peso ridículos establecidos por la mayor parte de las aerolíneas? Esa es la pregunta en torno a la que giran mis pensamientos en los últimos días. Ante mi más que evidente incapacidad resolutiva, me encuentro la víspera (¿Ya?) de mi partida frente a frente con el ordenador, intentando, valga la redundancia, ordenar mis ideas, y sobre todo, mi equipaje. 

Y entonces echo mano de mi todopoderosa Moleskine que, y esto si, sin dudarlo, irá la primera a la maleta, y observo las listas. Sí, listas.  A eso me he dedicado las últimas semanas. A boli y con tachones. A la antigua. Como indica sabiamente mi madre. Listas para todo. Listas para no olvidar despedirme de nadie (Y aún así me ha faltado tiempo), listas de cosas que hacer, del tinte y del zapatero (porque tal y como diría mami, de nuevo, "hija, cómo vas a irte con las tapas gastadas, vaya impresión vas a dar"), listas de medicamentos (arsenal, diría yo, como si no hubiera farmacias en Alemania, Mamá), listas de cosas que NO hacer, listas de cosméticos varios y de zapatos y de trajes de chaqueta, y de bolsos, y de libros (y demasiados libros, ya sabéis). Listas de artículos tecnológicos, y de "por si acaso". Y de asuntos de última hora. De la última cerveza. De la última cena. Listas que te hacen creer que tienes todo controlado. Que el corazón no te va a mil cuando te asomas a la leve idea de la vida que te espera a la vuelta de la esquina. Listas que reconfortan, y que te recuerdan cómo Mamá siempre tiene razón. Listas, que al menos, sabes que te acompañarán en el camino hacia esa nueva vida,  que te darán algo parecido a confianza al cerrar tras de ti la puerta de tu antiguo apartamento.

Y listas que maldecirás cuando te des cuenta de que Mamá olvidó recordarte meter Clinex en la maleta. Muchos muchos Clinex.

jueves, 20 de junio de 2013

A 7 días del principio

Queridos lectores míos, 

Quiero empezar este blog que me acompañará como mínimo los próximos 18 meses, justo una semana antes de convertirme en miembro del movimiento migratorio que se está produciendo, qué curioso, una vez más, en nuestro país. Efectivamente, en 7 días me dispondré a empacar una vida en dos maletas, y a mudarme a mi nuevo hogar: Alemania, y concretamente Düsseldorf (Que como algunos sabéis ya, se pronuncia "Diusseldorf"), capital de Renania del Norte- Westfalia. Atrás dejaré mis raíces andaluzas, mis 10 años en Madrid, la familia, las amigas... Y el corazón ( si, Peque) ... Y por delante tendré, bueno... La gran aventura. Una magnífica oportunidad laboral, muchas, muchísimas horas de aprendizaje, nuevos amigos, y quién sabe qué más. Sería absurdo no reconocer el vértigo que ha decidido asentarse desde hace semanas en mi estómago, ni las emociones cruzadas que siento constantemente. Este blog me hará no sentirme tan sola haciendo (citando a una querida amiga) las Alemanias, y espero que a aquellos de los que debo alejarme ahora, les proporcione cierto alivio el saber que sigo consiguiendo defenderme en esta, nuestra amada lengua materna.
Por vosotros empieza este relato. Hasta el mes de diciembre del año 2014.

Lara